Hay ciudades que parecen hechas para enamorados. Oporto es una de ellas. Sus calles empedradas, las fachadas llenas de color y el reflejo del río Duero crean un ambiente donde el tiempo parece detenerse. Con Gema y Jose tuve la suerte de vivir una experiencia única: su preboda en Oporto. Una ciudad que no solo fue escenario, sino parte de su historia. 

Un paseo que se convierte en recuerdo.

La sesión empezó como cualquier paseo de pareja: caminar, charlar, reír. Pero poco a poco Oporto fue envolviéndonos con su magia. En la Ribeira, cada rincón parecía un lienzo. Las risas se mezclaban con la música callejera y la vida de sus bares. En el Puente de Don Luis I, el viento y la vista al Duero nos regalaron instantes llenos de complicidad. Y en las pequeñas calles empedradas de Gaia, descubrimos momentos íntimos, casi secretos, donde la pareja podía olvidarse del mundo. No se trataba de posar, sino de vivir el momento. Y esa autenticidad es lo que hace que las fotos cobren vida.

Más que una sesión de fotos.

Una preboda no es solo un recuerdo en imágenes. Es un ritual previo al gran día. Sirve para parar, para mirarse sin prisas, para darse cuenta de todo lo que están a punto de vivir. Para Gema y Jose, fue también un viaje compartido. Porque la fotografía no solo capta rostros, también guarda emociones, gestos, silencios y esa sensación de “esto es nuestro”.

Oporto, la ciudad que sabe a futuro.

Mientras el sol caía sobre el río, entendí por qué tantas parejas eligen lugares así para sus fotos. Porque más allá del paisaje, está la emoción de vivirlo juntos. Y al final, eso es lo que queda: una historia real, contada con imágenes que nunca se olvidan.

El viaje, parte de la magia.

Hacer una preboda en Oporto es también disfrutar del trayecto. Llegar en tren por la estación de São Bento, con sus azulejos azules que parecen contar mil historias, es ya un regalo. Caminar por las cuestas que huelen a café recién hecho y a pan dulce es como entrar en otra época. Las bodegas de Vila Nova de Gaia, con su aroma a vino de Oporto, se convierten en una excusa perfecta para detenerse, brindar y recordar que el amor también se celebra en los pequeños detalles. Y al final del día, ver la ciudad encender sus luces desde el río es el broche perfecto: un escenario que no se olvida.

Una invitación.

Cada preboda es diferente, porque cada pareja lo es. Soy Juan Reig Peiró, fotógrafo profesional especializado en bodas con base cerca de Gandía (Valencia), y mi misión es acompañaros en ese viaje y transformar vuestros momentos en recuerdos eternos. No importa si el escenario es Oporto, las playas de la Safor, la ciudad de Valencia o cualquier rincón del mundo: lo que cuenta es la emoción que compartís. 📸 Si estás soñando con tu preboda, piensa en grande, piensa en vosotros. Porque cuando el amor es auténtico, cualquier ciudad se convierte en un escenario perfecto.